Me fijo en sus manos,
arrugadas, temblorosas y escuálidas.
Traslucidas dejando ver la sangre azul de sus venas
manipulan, sin intención ni objetivo alguno, el blister con la pastilla.
La vista se me clava en las múltiples heridas sin cicatrizar.
Mi abuelo ha sido un hombre de campo,
si hubiese estudiado alguna carrera hubiese sido: ingeniero
mecánico,
le gustaba realizar múltiples artilugios destinados a cumplir un fin
Los trabajaba con sus propias manos,
hoy, glorifico el trabajo manual.