Gracias por romperme el corazón-artículo blog eros el país-

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Hoy he leído este artículo en el blog eros del país y me ha gustado mucho. Retrata magnificamente el proceso de curar las heridas. Me ha ayudado a recapacitar sobre algunos miedos que aún hoy me siguen acechando.

http://blogs.elpais.com/eros/2016/05/gracias-por-romperme-el-coraz%C3%B3n-pendiente.html

Fuente: Blog Eros-el país-.

“Poco a poco, con el tiempo, aprendes a aceptar que no todo el mundo al que quieres va a quererte de la misma manera o, al menos, no a tu manera. Ni tu familia, ni tus amigos, ni tus amantes. Que no todo el mundo va a darte lo mismo que recibe de tu parte, pero que eso no significa que debas cerrarte, sino solo elegir mejor en quién decides volcarte. Que está bien morir de amor, pero hay que morir una sola vez en la vida. Porque para las siguientes será mucho mejor vivir por amor, y hacerlo de forma más sana.”

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Teorías del conflicto aplicadas a la vida amorosa.

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Está claro que nuestra relación no podría darse si no existieras tú, si no existiera yo. Pero ambos existimos y en algún momento decidimos juntarnos. Estar en unión. El uno con el otro. No nos va tan mal… o al menos no nos iba hasta ahora.

Si tú llegabas tarde del trabajo yo te hacía la comida y tú me preparabas la cena cuando yo regresaba de la universidad por la noche. Tú me despertabas por las mañanas y yo te acunaba por las noches. Yo metía la ropa a la lavadora y tú peleabas con ella para ponerla en marcha… y lo mismo con el lavaplatos. Tú encendías todas las luces de la casa y yo te las iba apagando una a una. Todo funcionaba de la manera más eficiente posible, todo menos una cosa.No compartíamos cama todas las noches pero cuando lo hacíamos surgía el conflicto. En el centro del colchón se formó un huequecito mullido y acogedor, el cual ambos aspirábamos a habitar. Y es en esa situación en la que afloraba la competitividad y no la colaboración.

Ambos, según la teoría del conflicto de Thomas, K (1976), contábamos con un recurso escaso (el hueco), el cual, suponía mucha ganancia para ambos (ya que aseguraba un buen descanso).
Todo ello nos llevaba aquello de lo que ya hablaba el tal Thomas: la CATEXIA NEGATIVA. Suena fatal y eso en resumen significa que yo con tal de lograr mi propio interés hacía lo posible por obstaculizar el que tú consiguieras el tuyo (que al fin y al cabo era el mismo que el mío) y tú obrabas de la misma forma.

Además de ese recurso “escaso”, también contábamos con una serie de resistencias. Entre las cuales está el miedo a lo desconocido, por ejemplo, caernos o estar al borde del abismo que supone el suelo por las noches. Tampoco habíamos desarrollado una normativa eficiente con respecto al cómo dormir juntos teniendo un solo hueco, lo que realmente hacía muy complicado que no explotara de vez en cuando la discusión. Esta ineficacia normativa quizá se debía a que nunca antes habíamos tenido que dormir tantos días con alguien en una misma cama. Con todo ello surgían una serie de estados actitudinales y conductuales subyacentes a dicha situación de conflicto interpersonal… entre los que destaco: “yo al igual que tú también quiero el hueco”, “creo recordar que esta es mi cama y no la tuya”, incluso alguna que otra patada discreta o empujón se escapaba entre ambos por la noche. Y este mismo ritual se repetía cada noche, lo que Walton ya describió en 1973 a través de su modelo cíclico del conflicto interpersonal.

Ahora estoy en la cama tirada, engullida por el “hueco”, y sin la necesidad de competir por él porque no tengo competidor alguno. Sin embargo, sigo sin sentirme muy satisfecha. Y me dan ganas de decírtelo para que te retuerzas de la envidia y en un impulso de conducta radical vengas y me lo quites o al menos lo negociemos.

Fdo: la reina de la cama


desayuno con diamantes

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Gaia. Carlos Salem

(…)
Duermes como la vida
cuando la vida está satisfecha.

Duermes aquí
con el peso excesivo de mi pierna como manta.

Oigo tus ríos
tus cataratas de besos
tus risas como tornados
tus vendavales.

Tengo en la boca
la sal que solo florece en tus orillas.

Duermes y rotas sobre tu propio eje
que a veces soy yo
y a veces es la esférica voluntad de tus caderas.

Cuando te veo dormir en paz
en nuestra cama
sospecho
que más que amar a una mujer
amo a un planeta.

Mientras tomo un café antes de irme a clase.

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Me gusta la buena vida y por eso ahora bebo vino,

de ese que todavía guarda en su sabor el olor a la madera del barril en el que estuvo contenido.

Contenida. Así es como me siento, encarcelada en mi propio cuerpo. Sólo vuelo,

de vez en cuando,

ejercitando mucho la mente. ¡Cómo si fuese fácil!, me dirás.

Como si fuese simplemente hipnosis.

H i p n ó t i c a   ante tu presencia te contemplo desde fuera, como si estuviera observándote a años luz, desde un objetivo muy muy lejano y respiro…

A tu lado llega mi aliento, desvanecido,

deshecho.

Deshecha de pena estoy ahora, tan tan frágil me siento ahora. Tan poca cosa.

Miga de pan, eso es todo lo que hago; romper el pan y buscar en lo más hondo, removiendo así su yo interno.

Yo, eso que recalcamos tanto y tan a menudo. Yo. Yo. Yo. Yo subsisto entre todas las cosas. Yo salto las barreras que se me imponen, afronto las que me construyo a mí misma y critico las que me vienen dadas.

Yo, puedo y quiero poder.

Ser aire.

Clara Sevilla Moreno.

Rendez vous

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No recuerdo si le he dicho que huele a vainilla en rama, que tiene una dentadura perfecta o simplemente que le queda muy bien aquel polo gris. No sé si le he mencionado que tiene una mirada alegre, que tiene unos ojos verdes en los que me pierdo cuando me saluda. No sé, no sé si le he dicho…

Mira lo más fácil es que yo o usted mismo nos invitemos a cenar mutuamente, a ser posible en el rascacielos más alto de la capital. Que no toquemos techo alguno, simplemente que nos conozcamos. Se lo digo a través de llamada de fijo a fijo que el móvil ni lo mira. Sabe; lo que le digo, que no, que mejor quedemos antes de cenar, páseme a buscar con su coche si no lo tiene lléveme en bicicleta, vayamos a pasear, veamos alguna exposición, intercambiemos conversación antes de degustar los respectivos platos.

Yo me pediré una ensalada ya nos conoce, las mujeres comemos poco en las citas. ¿Le he dicho que hace mucho tiempo que no tengo una cita? Verá me encuentro hasta un poco nerviosa por eso no puedo parar quieta por la casa, por eso incluso e planchado la colada….y me he bebido un chupito de whisky a su salud antes de salir de casa. Mire debo decirle también algo, no nos tomemos esta cita como una cita amorosa en la cual tenga que ocurrir algo, dejemos que fluya, simplemente quiero conocerle.

Los números de 2013, gracias a todos los que aportáis un ratito de vuestra vida a leerme

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Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2013 de este blog.

Aquí hay un extracto:

Un teleférico de San Francisco puede contener 60 personas. Este blog fue visto por 1.500 veces en 2013. Si el blog fue un teleférico, se necesitarían alrededor de 25 viajes para llevar tantas personas.

Haz click para ver el reporte completo.

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Aparece con aquella copa de un whisky con hielo en la mano derecha, dejando caer la mirada a su alrededor, con su pelo despeinado con su estilo bohemio,  el aire pierde densidad en la sala y el ambiente se transforma en un entorno en el que todo fluye. Se acaba de revolver el pelo y se ha echado un par de risas y yo; mientras observaba el hoyuelo de su sonrisa, me he pintado los labios de rojo y me los he mordido, todo a la vez; me he hecho hasta sangre pero está tan irresistible que me es inevitable, morderle digo, morderme las ganas de morderle.

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Amelia se ilusiona demasiado, ya se lo decía su abuela que no engendrara tantos deseos porque era difícil que se cumplieran todos. Pero ella no le hacía caso, se ponía a trazar su propia historia y lo hacía cada noche, debajo del edredón comenzaba a tejer su vida.

Cuando era pequeña la recreación giraba en torno a cuánto tiempo podría quedarle para que le regalaran un león pequeño como Simba. Se dijo así misma que el mejor momento sería cuando llegara la Navidad y decidió llenar su cuarto de posters del rey león y explicitar en la carta de reyes cuál era su deseo. Tras una hora de tejer los detalles del cachorro se ponía a pensar qué lugar era el más adecuado para cuidar a un león. Y acabó pensando que tendrían que mudarse para poder criarlo en un lugar acorde a las condiciones necesarias. Cuando llegó la Navidad, el león fue regalado en forma de película. Pero no lo disfrutó del mismo modo que ella había planeado, puesto que era difícil interactuar con un personaje que se encuentra metido en un televisor. Sus expectativas se vieron tan desquebrajadas que tiró un tenedor contra la pantalla, haciendo un pequeño resquicio como huella de su rabia.

(…)

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Amelia ahora ya no planifica. Amelia si se caracteriza por algo es por su meticulosa organización. Pero se ha cansado de trazar sueños de hilo. De derretir su mente con expectativas de futuro optimistas. Porque últimamente nada sale como se lo espera y cada vez más, es consciente de que las contingencias están más atadas al destino que a su voluntad. No percibe control sobre su vida pero tampoco puede ejercerlo sobre las personas a las que quiere, porque todo se le escapa de su poder de maniobra, ahora ya lo deja pasar y se convierte en espectadora de cómo el mundo cambia en contra de su voluntad, hoy ya no reza por nada ni por NADIE.